¿Cómo actuar ante un objeto empalado?

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Cuando nos encontramos frente a esta situación de emergencia, es imprescindible llevar adelante un plan de manejo bien estructurado. Los cuidados prehospitalarios deben comenzar unos minutos después de ocurrida la lesión, para que antes de concluida la hora se haya concretado el tratamiento definitivo. Sólo de esta forma podremos mejorar el pronóstico del paciente.
Numerosos factores etiológicos y mecanismos patogénicos intervienen configurando la gran variabilidad de cuadros clínicos existentes, abarcando desde una lesión simple hasta una extremadamente compleja.
El mecanismo lesional de las heridas por empalamiento, consiste en la acción directa de un agente penetrante que produce laceración de tejidos y órganos. Este tipo de objetos concentra la fuerza lesiva en un extremo, el cual penetra en los tejidos actuando a modo de cuña, disociando y rechazando lateralmente los elementos anatómicos del tejido atravesado. Esto se ve agravado por un cierto desgarro más o menos importante según el grosor del objeto.
Los elementos que intervienen determinando la gravedad del accidente son: la configuración del mismo, la fuerza y dirección de la penetración, la puerta de entrada y la localización de la punta. Este panorama dictará la naturaleza y magnitud de las lesiones, dándonos la clave de qué órganos están o pueden estar lesionados.


Acciones básicas ante un empalamiento

  1. Asegurar manualmente el objeto para evitar un daño mayor.
  2. Retirar la ropa alrededor de la lesión con máximo cuidado.
  3. Controlar el sangrado aplicando presión directa en los bordes de la herida, evitando comprimir el objeto empalado y agravar la situación.
  4. Estabilizar el elemento rodeándolo con apósitos abultados, para impedir movimientos durante el traslado del paciente.


¿Qué sucede si el empalamiento se produce en el cráneo?


El traumatismo craneoencefálico (TCE), aquella disfunción cerebral ocasionada por un impacto externo, se ha convertido en una entidad común en los centros de atención a politraumatizados. Dado su alta morbilidad y mortalidad, pasó a ser considerado incluso un problema grave de salud en muchos países. El traumatismo penetrante de cráneo (TPC) ocupa un lugar especial dentro de este grupo, el cual es definido como «cualquier daño físico o inapropiada funcionalidad del contenido craneal por un intercambio mecánico de energía». Otros autores definen al TPC como aquel que presenta únicamente orificio de entrada, en contraposición a las heridas perforantes (transfixiones), que poseen orificio de entrada y de salida.


Las acciones a efectuar frente a esta situación son:

  1. Restringir el movimiento con la mejor opción disponible (por ej.: apósitos, gasas, telas limpias).
  2. Concentrarse en prevenir lesiones secundarias, puesto que el empalamiento ya se ha producido. Supervisar la permeabilidad de la vía aérea y cambios del patrón respiratorio para que, en caso de ser necesario, se ventile con presión positiva y/o con métodos avanzados disponibles.
  3. Administrar oxígeno con el dispositivo que ofrezca una mayor inspirada de oxígeno.
  4. Monitorizar constantemente al paciente evaluando los signos de aumento de presión intracraneal, Hipertensión / Alteración del patrón respiratorio / Bradicardia (Triada de Cushing).
  5. Trasladarlo a un centro donde puedan ofrecerle neurocuidados de emergencia.

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